miércoles, 19 de enero de 2011

Tu sueño, el que no era mío...


Caí de la cama
el golpe estremeció mis entrañas
fue tan grave
que un ligero rasguño
provoco la pérdida del sueño.

Intente dormir
sin poder conciliarlo
había mucho ruido
una voz áspera y fría
me decía al oído:
Tu sueño, el que no era mío...
Tu sueño, el que no era el mío...

Era como el golpeteo de una gota de agua
en un recipiente lleno
que después de un rato se vuelve insoportable.

Decidí levantarme,
después de un rato
me senté sobre la cama
observe la noche
a través de la ventana
para darme cuenta
que la ventana nunca existió
era solo un recuerdo,
un recuerdo que murió.