Inesperado

Cielo de locura, de aquello inesperado, de todo lo inusual que te envuelve.
La sonrisa que se pinta en tu rostro y me transporta a otra dimensión...
La magia de una conexión sin ataduras, de un ir y venir sin desdicha. Solo dicha...
La elocuencia de tu voz.. Resuena en mi mundo; mi mundo de palabras, de sueños, de espontaneidad.
Y en este camino tengo la certeza de saber quién soy.
Sin estar, estás...
Sin hablar, me hablas...
Sin hacer, haces...
Sin mirarme, me miras...
Sin abrazarme, siempre me abrazas...
Y sin buscarte te encontré, porque siempre estuviste.
Y sólo sé, que por ti vivo.

El ciempiés de tu sombra, que camina sobre el ropaje de los recuerdos de un dulce gris,
el gris de tu ropaje de olvido... De voces que se confunden en la primavera dorada de la perdición.
La dicha y desdicha de tenerte y no tenerte. De saber que fue, y de creer que es un sueño.
De los pellizcos en busca de una sensación.
El suspiro llego... El suspiro de aquel olor a miel.

En la punta de la nariz llevas color verde

y no son los besos de maíz que te deje pintados el otro día.

Ese color lo llevas porque sonríes al estar cerca de mi aroma.

Te confundes entre las personas,

te gusta vestirte de acuerdo a lo que te rodea, es tu forma de vivir

sin complicaciones, directo al grano.

Apareces con una mirada tierna y cálida

Que me grita a susurros ¡Oye estoy aquí!

En cuanto cierro los ojos ya no estás…

Me río, ese eres tú, indomable como el viento.

Voces
Voces en el silencio que naufragan en el olvido, voces que temen ser nombradas, porque siempre se les acostumbro a callar.

Olvido que pesa entre la memoria de muchos...
Un peso que todos cargan, pero nadie desea aceptar.

Tormenta de polvo que a ratos vuelve la vista borrosa, pero que no del todo hace perder la visión.
Cosas que se ven y no son vistas, palabras que se pronuncian y no son escuchadas.

Volcana dormida 

 En lo lejano majestuosa e imponente 
 Tierna y serena cuando la noche se deja caer 
 Los atardeceres se atreven a posarse en tu regazo y se envuelven con tu aparente timidez
 Por dentro gritas 
 Dulce zigzag de maravillas en desenfreno
 Locura desbordada 
 En nubes de colores 
Antojos, olores y sensaciones
 Dormida esperando
 Espectros y movimientos 
Sensaciones acumuladas de reencuentros 
Momentos 
 Miradas
 Con ansias de explotar…

Un viaje

Un espejo en una habitación, la imagen de una mujer sonriente. Se descubre de las sabanas que le envuelven el alma. Escucha una voz tierna que le recuerda quién es. Agudiza sus sentidos para no perder ninguna frase, lo quiero oír todo. Desde los gritos, hasta la suave caricia de las plumas que bailan en sus recuerdos. Ella sabe quién es; pero está loca de las ansias, porque se lo digan. De lejos se escucha… Eres una luz que brilla radiante, no necesitas de un sol. Vos eres tu luz propia. Eres la locura, lo inusual, lo excéntrico. Ella ríe a carcajadas. Impulsiva, compulsiva y territorial, ella afirma con su cabeza. Egoísta, pero capaz de dejar todo por complacer a los demás. Sus mejillas se encienden. Lo sabe, lo siente. Hay un par de ojos que la vigilan. Está nerviosa, todo parece un viaje… Un viaje al pasado que le abre heridas, situaciones que mantiene presentes; pero que con dicha se atreve a vivir. Después de un par de días, esos susurros le calan en su ser. Las lágrimas corren en su rostro, un recordatoria más que sigue viva. Anhelos guardados, deseos escondidos, fantasías olvidadas en un cajón. Ahora es consciente quién es. No la espanta, solo la reta; a caminar por el camino que siempre quiso trazar.

Quietud

Las palabras no dichas, que dicen mucho. Los recuerdos que se mantienen vivos en la quietud del silencio. El brillo espontáneo de tus ojos, que me dicen que estoy viva. El ensayo de muchos momentos repetidos. La fantasía de momentos fugaces, tu olor en mi nariz…